Yo dije: "A mí me creman y me tiran al agua, o me ponen abajo de un árbol". Él dijo: "eso es un despelote, es complicarle la vida a los que se quedan, así que que a mí me cremen y a un nicho".
Claro que fue mucho antes... pero qué importa eso. La cosa es que ahora, cada religiosos cinco años después de estos diez hay que apersonarse en el cementerio y pagar el derecho a nicho. Pura literalidad: apersonarse en el cementerio, que para eso no hay débito automático ni rapipago.
Y ese puto fantasma de la fosa común. Como si yo creyera que eso cambia algo o importa. Y si pienso en qué me diría, me lo imagino diciendo "a mí al foso común". Pero no. No puedo. Mezcla de simple impresión, de "no te mezcles tanto", como si eso implicara un "no desaparezcas del todo entre tantos muertos" y una impresión lejana de que no se creía del todo nada de lo que decía... Como si yo tuviera que respetar lo que en realidad no dijo y suponer que lo que dijo era otra cosa. Y así de enroscado.
Mientras, el trámite se nos dilata hasta último momento.
Como corresponde.
"Palpitando" el aniversario.
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