El primer él escribe un mail y propone trabajar conmigo, y augura -y para mí también es así- un intercambio productivo.
El segundo él lamenta no compartir el trabajo conmigo esta parte del año, y aunque le creo a medias, en un punto yo sé que fuimos buenos un día... y de verdad siento que ahora sea definitivamente imposible.
Con el tercer él es difícil definir cómo llegamos a donde estamos. Y sin embargo tengo una sensación de "largo plazo" que casi me maravilla.
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