Es eso: todo el mundo quiere olvidar. Y sin embargo, cada una de las veces es un link inevitable a las anteriores. Entonces en necesariamente M., inolvidablemente J. Y es un sábado 26 de diciembre y una chica muerta, y un verano demasiado largo y doloroso y una noche de lluvia torrencial y un chico indiferente. Y anoche las mismas canciones, tan inesperadamente dedicadas a otra gente en mi cabeza.
Y el plus de que ella haya dicho que no parezco de 35.
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