Difícil librarse de ella. Ronda. A veces más desde lejos, a veces parece que no está al punto que puedo olvidarme de ella. Pero vuelve y vuelve y vuelve.
A menudo no es ella, es él. O el otro él. O el padre de todos ellos. Pero inevitablemente vuelven a aparecer, magnéticos, poblados de secretos. Capaces de convertirse desde él en un secreto para mí.
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