Encontrarme con él siempre es una bocanada de aire fresco. No sé muy bien cómo funciona, si tiene que ver con que es realmente más joven, si tiene que ver con el grado profundo de intimidad que se construyó en esos viajes temáticos de ida y vuelta -casi viajes de egresados- y en ese año de laburo después. Y esa mezcla de pares/ impares que parece flotar en el aire.
La cosa es que después de cada encuentro siempre parece que hubiera un mundo por delante, que todo estuviera en realidad a punto de comenzar y que el eterno brindis "por las decisiones" y "por el amor"dijera mucho más de lo puramente nominativo.
Supongo que la cotidianidad con él haría la vida necesariamente mejor. Y entre los "extrañares" de mi vida, creo que ese es el más puro y transparente de todos.
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