31 julio 2007

Pequeñeces

Él dice algo completamente menor, mezclado absolutamente en el diálogo cotidiano. Y -por suerte- no tiene idea de hasta qué punto eso me enamora.

22 julio 2007

Destinatario

Salgo de casa tratando de seguir al pie de la letra la consigna de cuidarme, que el día ya viene denso y yo tengo mis propensiones. Por supuesto, no festejamos el día del amigo -que para eso somos bastante superaditas- sino el fin del cuatrimestre, el inicio de un tiempo un poco más tranquilo y la heladera nueva de S. Pero somos cuatro amigas en el día del amigo haciendo fideos en una cocina demasiado chica, y lo bastante tristes como para reírnos de casi todo, aun sabiendo cuánto nos importa.

Así que de una en vez contamos nuestras semanas -aunque yo empiezo un poco más atrás-. Ya estamos lo bastante borrachas para no esconder ni los detalles más dolorosos. A cuenta su eterna historia con L y C; S llora sus devaneos profesionales, P habla de su tristeza de años. Y yo cuento los últimos días -del jueves 12 para acá- y hablo de todos ellos, y de esta sensación constante de que la brisa más suave podría hacerme llorar. Y hablo también de esto que escribo, y de lo que escribía a los 16... y ella me pregunta: ¿para quién escribís, Ana?

Y yo, de verdad, no tengo una respuesta para eso.

19 julio 2007

Búsquedas

Él dijo: es obvio que estás buscando algo, no sé qué es ni en qué quedará, pero es obvio que estás en la búsqueda.

Fiel representación de la realidad. Con el único problema de que yo tampoco sé qué ni en qué quedará.

14 julio 2007

Nada personal

¿Y si en vez de rutas abiertas fueran túneles cerrados? Entonces -quizá- podría concentrarme más en mis mundos acotados -como corresponde a una señora de 34 que, además, tiene tres hijos-.

Menos sociabilidad, muchacha, que -ya bien decía Bukowsky- las relaciones humanas simplemente no duran.

12 julio 2007

Zona de incendio

Él escribe: estás jugando con fuego, reina.
Yo lo sé. Y quisiera que fuera distinto. Pero no puedo.

09 julio 2007

Necesidades especiales I

Sin duda es más sencillo desabrochar un botón que abrocharlo.

08 julio 2007

Un sueño

Es una ciudad en ruinas y él fuma sin parar. Hace frío y yo estoy vestidas solamente con un saco largo, con escote en v y botones de madera cuadrados. Entramos en un subte que parece abandonado. Y de golpe estoy sola en la estación oscura, en la que hay un kiosko de diarios y revistas y una linterna con luz mortecina sobre el mostrador.
Ellos dos aparecen de golpe. Uno me abraza, el otro elige un libro y se sienta a leer. Pero de repente llega el subte, vacío y los dos se suben. Y él y ella bajan. Yo tengo frío y la boca seca. Ella tiene el pelo largo, él parece mirarme más a mí.
Los dos se me acercan, ella sonríe, se oye el subte venir. Y me despierto.

A ver cómo se arreglan los que dicen reconocerse en el blog para desentrañar el quién es quién.

06 julio 2007

Tiempo quieto

Es extraño todo. Está desfasado y a la vez no. Y si lo pienso un día después, 17 años más tarde yo hago de él y él se parece un poco a la que yo solía ser. O sea, él es el reflexivo y yo la irónica.

Es raro también el contexto, y sobre todo ser bienvenida a esa casa, de la que recordaba mejor la terraza que el living...

Hablamos de gente de entonces, de Laura, de Gerardo, de Daniela, de Seb. Y yo digo "ese era un pibe re interesante". El se ríe y yo le cuento la charla sobre "chicas interesantes" del mediodía. Pero se queda repentinamente serio -más serio- y dice: eso te dije yo la primera vez que te besé. Por supuesto que lo recuerdo apenas lo dice. Le digo: eso fue distinto. Nunca antes me había importado tanto un beso. El dice: y a mí nunca me había interesado tanto una mina.

No pasa mucho más. Yo sonrío mucho más que él, él soporta el silencio tanto mejor que yo. Pero si algo es sobrecogedor es la captura de ese momento. Como si siguiera lloviendo sobre Callao, como si él siguiera teniendo el pelo largo y yo rulos. Como si no hubiera ninguna amenaza alrededor.

05 julio 2007

Fronteras

Él dice: ¿de qué lado estás vos?
Yo tengo la respuesta, pero no sé qué contestar.

04 julio 2007

Santa Rosa en segunda persona

Estás sola. No importa que conozcas alguna gente. No importa que vaya a durar apenas un día. Estás sola. La ciudad es fea, pero como apenas la conocés hasta eso es una novedad. Te sentás en la cama de la pieza y hasta los canales de siempre están en otro lugar.

Caminás desnuda por la habitación. Fumás uno, dos, tres cigarrillos, pensás en alguna gente mucho más que lo que te permitirías sino estuvieras sola y lejos. Y hasta parece no ser un problema, aunque no te lo creés del todo.

Lo demás viene un poco solo. Suena el teléfono y gente que viste apenas un segundo te invita a tomar café y parece que quisiera de vos algún secreto que vos sabés muy bien que no guardás pero que ellos parecen estar seguros de que sí. Te invita a cenar la persona menos pensada y con ella tomás vino y brindás por los proyectos futuros.

No es exactamente que te reinventás. Pero estás sola. Y sos la misma, y sos otra.