Yo tenía los materiales encima, así que me desvié a la sede en mi salida nocturna del viernes para dejarlos ahí para el sábado temprano. Lo crucé tres minutos antes de que entrara a dar clases: rutina y banalidades.
Pero todavía no había cruzado Juan B. Justo cuando sonó el bip de mensajitos del celular. Decía: "Caés de sorpresa. Buenos libros, labios rojos. Muchas emociones."
Yo simplemente -toda una novedad- borré el mensaje. Que para histeria, por lo menos dos.
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